Leyendo
el libro Cincelado por las manos del Maestro de Erwin Lutzer; me encontré con
este tema tan interesante y que de verdad me puso a meditar, Quiero compartir
con ustedes textualmente lo que dice el mismo: “Todos debemos ir a algún lugar;
pero separados de Dios por causa de nuestros pecados, y confrontados por la
posibilidad de vivir eternamente, necesitamos ayuda. ¿A dónde acudimos en
nuestra soledad y dolor? ¿A dónde vamos con las preguntas no resueltas? ¿A
quién iremos cuando nuestros propios recursos nos conduzcan a la desesperación?
¿A la educación? ¿Al dinero? ¿A la ciencia? ¿A quién iremos?.
Los escépticos se
burlarán de nosotros, los ritualistas ofrecerán un acto significativo, pero
vacío. El filósofo nos presentará las presunciones de hombres falibles, y el
moralista nos dará la guía que el mismo no es capaz de seguir. Sólo Cristo pudo
afirmar: Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre, y nadie conoce al
Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien
el Hijo lo quiera revelar (Mt. 11:27). ¿Quien tiene más comprensión de la
naturaleza de Dios, que Cristo? ¿Quién ha afirmado cosas tan asombrosas, y
luego realizado los milagros para confirmar su palabra? ¿Qué hombre sobre el
planeta tierra ha hablado alguna vez como El? ¿La muerte de quién, puede hacer
remisión de pecados?. También este autor agrega, que leyó en alguna parte: Para
el Panadero, El es el pan de vida. Para el banquero, El es el tesoro escondido.
Para el florista, El es el lirio de los valles. Para el astrónomo, El es la
estrella brillante de la mañana. Para el terapista, El es el maravilloso consejero.
Para el constructor, El es la piedra angular. Para el científico, El es el
Creador. Para el pecador, El es el Cordero de Dios. Para el Político, El es el
Rey de Reyes. ¿A quien iremos? No hay otras opciones… Tú tienes palabras de
vida eterna. Y nosotros hemos creído y conocemos que Tú eres el Cristo, el Hijo
de Dios viviente (Jn. 6:69). Había un discípulo que no estaba de acuerdo, y se
fue a otro lugar, rehusando ver a Cristo como al Hijo del Dios, Judas decidió que se miraría a sí mismo y escogió
tomar las decisiones basado en lo que parecían ser sus necesidades inmediatas y
egoístas. Aunque él escuchó la conmovedora respuesta de Pedro, simplemente
endureció otra vez su corazón. Y entonces Cristo respondió a la confesión de
Pedro con estas atemorizantes palabras ¿No os he escogido yo a vosotros los
doce, y uno de vosotros es diablo? (Jn, 6:70). Antes de rechazar lo que había
escuchado, Judas debió asegurarse de que podía encontrar a alguien para
reemplazar a Cristo. Por supuesto, no existe nadie más. Por lo tanto Judas se
perdió eternamente. No conocemos todos los motivos por los cuales Cristo
escogió a Judas, pero sin duda, El deseaba demostrar que aun aquello que
aparentemente sirve con el más alto grado de honor puede tener un corazón apóstata.
He aquí un hombre cuya apostasía estaba escondida, pero que con el tiempo sería
revelada. Judas se perdió para siempre porque rehusó aceptar a Cristo como su
Salvador personal. Es que si uno no viene al Hijo de Dios, no hay ningún otro a
quien ir.” En conclusión, y; a la única respuesta que llegue es que No somos
capaces de quitar nuestro propio pecado ni de llegar por nosotros mismos a
Dios. No hay otro lugar a donde ir, ni a quien mas acudir; sino a los brazos de
nuestro Señor Jesús, quien solo tiene palabras de vida. Vayamos con prontitud a
Cristo. Amén
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